15,00€
Autor: BAUDELAIRE;CHARLES
Editorial: EL VIEJO TOPO
Publicado en: 2020
ISBN: 978-84-17700-66-9
Cuando Baudelaire publicó “La Fanfarlo” faltaban aún diez años para que apareciera “Las flores del mal”; obra que fue mutilada judicialmente y multada a instancias del mismo fiscal que incoara ese mismo año un proceso contra Flaubert y “Madame Bovary”. Baudelaire no era; todavía; pues; un “poeta maldito”; pero se hallaba en el inequívoco camino de serlo: su padrastro; el general Aupick; luchaba infructuosamente para llevar al joven díscolo por el “buen camino” sin lograr más que organizar alguna trifulca familiar; su amor por la mulata Jeanne Duval acabaría convirtiéndose en un escándalo llevado de boca en boca por los notables parisinos y; para mayor inri; entre visitas a museos; bibliotecas y prostíbulos; el poeta se convertía en traductor y propagandista de un personaje maldito y antirromántico: Edgar Allan Poe.
Quizá por ello en “La Fanfarlo”; relato en buena medida autobiográfico; de esquema que incluso podría tildarse de vodevilesco (un audaz conquistador; para ganar los favores de la dama de la que se encapricha; emprende la conquista de la bailarina que tiene cautivado al marido de la dama); Baudelaire fustiga la hipócrita moral burguesa al tiempo que elogia al artista como provocador; posturas ambas que conjuga con el dandismo; la seducción y la relación del éxtasis con el pecado.
CHARLES BAUDELAIRE nació en París en 1821. Tras la temprana muerte de su padre; su madre contrajo nuevo matrimonio con el general Aupick; personaje éste que libraría una infructuosa lucha para llevar por el “buen camino” al joven díscolo. Ciertamente Baudelaire; al tiempo que deambulaba entre museos; bibliotecas; cenáculos literarios y prostíbulos; colaboraba con revistas literarias cuyas redacciones frecuentemente condenaban la audacia de sus artículos. Amante impenitente de la mulata Jeanne Duval –reprobada por la sociedad de su tiempo–; traductor y propagandista de la obra de Edgar Allan Poe; su obra poética –fundamentalmente “Las flores del mal”– lo sitúa como piedra basal de la moderna poesía francesa. Murió en 1867; víctima de la sífilis y las privaciones; convencido de que Francia tenía “horror a la poesía”.