7,00€
Autor:
Editorial: PIKARA
Publicado en: 2024
ISBN:
“En Pikara Magazine siempre nos hemos echado unas risas. La carcajada mordaz ha sido parte de reuniones, la sonrisa contenida ha sostenido a la revista y la risa floja nos ha provocado lagrimones en horas de trabajo. La lista de anécdotas chorras merecen casi un monográfico.
Como aquella vez que casi se nos caen en la calle las cajas llenas de la cerveza que hicimos por el décimo aniversario, ¡qué rica estaba Pixkanaka! Como cuando teníamos tantas sillas y sillones en la redacción que entró un hombre y se puso a medir una pensando que éramos una tienda de muebles. Como cuando una compañera hacía karaoke en la redacción cantando Beret y forzaba una voz inexplicable: ella pensaba (piensa) que lo hacía bien, las demás llorábamos de la risa. Como cuando nos grabamos, para estrenar un croma, bailando la canción de La bicicleta. Como cuando Alicia Murillo cantó al piano y con voz prodigiosa y chispeante Cómeme el coño con pan bimbo en una fiesta Pikara en Madrid hace más de una década, y esa canción acabó sonando en Sálvame. Hemos bailado jotas con poco brío y sevillanas desacompasadas. Hemos jugado a animales profesionales. Podría seguir.
Pasárnoslo bien siempre ha sido clave, hacemos periodismo, sí, pero también nos divertimos. El calificativo disfrutón ha acompañado todas las presentaciones de la revista y en la web hay decenas de artículos, viñetas y vídeos desternillantes. ¿A qué huelen los penes?, se pregunta Murillo en un mítico vídeo.
¡Jajajajajjjaajajajdjajajajaj!
La risa es sanadora, chispeante y bravucona. Descongestiona y desahoga. Humor y rabia se vuelven herramientas tanto para la transformación social como para el apoyo mutuo y el sostén colectivo, escribe Marta Plaza en el nuevo monográfico. Sirve de escaparate y de máscara, retuerce la imaginación y hace brillar algunas inteligencias. Puede ser mamarracha o fina, histriónica o sutil, pero siempre es necesaria. Eso sí, de abajo para arriba. Lo dijo Brigitte Vasallo. Y también para adentro. La payasa Virginia Imaz recomienda reírse de una misma: Cuando la gente se ríe hacia lo que considera que está en un estatus inferior, me pongo de mala hostia. No me hace gracia, cuenta en el monográfico de Humor. Y recuerda que el límite es la mirada.
Esos rayos de humor para reírnos de nosotras mismas nos han salvado muchas veces en la redacción. Como cuando nos pintaron charos en la cristalera del local y decidimos apropiarnos de este insulto misógino y pedir a Zea Mays que reinterpretara la canción Charo de Quique González. Reconozco, entre nosotras, que es un calificativo que me gusta. El de acunapenes me hace menos gracia, pero también nos reímos de este agravio, ¡qué le vamos a hacer!
El humor es una herramienta narrativa y de denuncia. Es algo muy serio. A Imaz le salva la vida, dice, y a Irantzu Varela los chistes le permiten decir cosas que no le dejarían decir en serio. Hay que reírse del poder; del rey, de la policía, del gobierno, de la banca y de los ricos. Y los ricos no se pueden reír de nosotras, sostiene en una entrevista en Pikara Magazine. Eso sí, cuidado con la ley mordaza, amigas, que no entiende de bromas.
Hacer un chiste no es fácil y contarlo con gracia y sentido, menos. El humor estuvo copado mucho tiempo por señores que desde púlpitos privilegiados trataban de hacer reír a costa de los otros, a costa de las otras. Raramente se reían de ellos; desde el privilegio es más fácil reírse de las vulnerables y oprimidas que de una misma.
Ocupar un lugar central para hacer humor, bien sea una plaza, un escenario, un espacio en un periódico o en una revista, ha sido un terreno sobre todo masculino hasta hace nada. Lo saben las viñetistas y las bertsolaris. Desde niñas nos han encaminado a pensar, a reflexionar, a ser responsables y sabias
Nadie (
) nos ha empujado a tener gracia e ingenio, a hacer chistes, y después es justo lo que piden, radiografíaba Ane Labaka, en el libro de Uxue Alberdi Reverso. Testimonios de mujeres bertsolaris.
Buscar el humor es buscar la libertad y el placer, ha escrito en esta revista Alberdi. Las gracias sirven como espacio de fuga, de duelo y de gozo. La risa no suele dejar indiferente; eso sí, para ser revolucionaria y no servil debe ser diversa e inclusiva, que no señale a las de siempre, sino que las ofrezca cobijo.
En el cine misógino del franquismo, las cómicas encontraron un nido en los papeles secundarios y estereotipados. Allí, rompiendo cánones estéticos, se apoderaron de un hueco inolvidable. Las cómicas de hoy llenan salas y despuntan con sus podcasts, acumulan seguidoras y practican la irreverencia arrebatada.
El descaro que surge de los márgenes es, por fin, aplaudido, reivindicado y carcajeado. El disfrute es cosa de todas.
Índice
El disfrute es cosa de todas
Mª ÁNGELES FERNÁNDEZ
Patricia Galván: ¿Por qué no me invitan a las televisiones? Que no te quepa duda: por ser mestiza y bisexual
JUNE FERNÁNDEZ
Meme de AFROCOLECTIVA
Vinimos por las risas
TERESA VILLAVERDE
Meme de MARINA LISTILLAS
Humor y resistencias desde la locura y la ternura
MARTA PLAZA
La risa, remedio eficaz contra el dolor
.. LILY COLOMBIA
Virginia Imaz: Feminista izan nintzen nitaz barre egitean
.. GARAZI BASTERRETXEA BAREA
Viñeta de QUAN ZHOU
Las cómicas del franquismo: graciosas a contrapelo del guion
. DIANA EGUÍA
Ana Carolina: Puedo soñar que soy bufona, pero no estoy contando los chistes adelante del rey
. IRANTZU VARELA
Viñeta de EMMA GASCÓ
El humor gráfico como estrategia de defensa
. RAQUEL GU
Viñeta de NÚRIA POMPEIA
Nagore Gore: Nos reímos de los estereotipos femeninos, pero también de la masculinidad
.. IRANTZU VARELA
Viñetas de MAITE MENTXAKA TENA
Furor astral. Niebla de noviembre, trae sur en el vientre
. BERTA J. LUESMA”