Moguer (Huelva), 1965
Las compañeras de El Salto de Extremadura lo definieron así: “ensayista, poeta de reconocimiento internacional, autor de una extensa obra y representante de la denominada poesía de la conciencia. Libertario escaldado de partidos, historiador, ecologista, viajero, educador, notario de un tiempo de lírica frágil y dudosa”. Y no es mal resumen para un poeta que ha marcado su tiempo y que se ha dejado marcar por su tiempo. Orihuela, huella indeleble en La Surada, vuelve para cerrar la sexta edición.