El extermino político inicial perpetrado por las fuerzas golpistas en 1936 dio paso en los años posteriores a una despiadada explotación laboral. El trabajo forzado fue el complemento a un abanico de medidas represivas entre las que sobresalió el asesinato de unas 150.000 personas. En Nafarroa, Sevilla, León y Canarias hubo, como en el resto de provincias, campos de concentración donde trabajaron y murieron miles de vencidos.
En esta proyección vamos a mostrar dos documentales: "
Desafectos", que muestra la realidad en los valles pirenaicos orientales de Roncal y Salazar (Navarra) donde miles de prisioneros republicanos, anarquistas, socialistas, comunistas, abertzales... tuvieron que construir las carreteras que hoy utilizamos; y "
Campos del silencio", sobre el trabajo en condiciones de esclavitud de prisioneros de guerra en las rentables minas de León.
La sesión, penúltima del ciclo
Cine para Desmemoriados, será introducida por
Valentín Andrés Gómez, que situará el fenómeno de la explotación de los presos políticos en la Cantabria franquista.