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La sociedad de la externalización
Stephan Lessenich
Reseñado por Paco Gómez Nadal
Hay golpes necesarios y ensayos que concatenan golpes a la tranquila autocomplacencia del sofá europeo. El libro del sociólogo alemán Stephan Lessenich es uno de esos textos que deberían ser obligatorios para las personas que habitamos los países de Eurooccidente. En apenas 214 páginas, el autor logra una mirada original, atrevida y necesaria que se convierte en un diagnóstico del capitalismo eurocentrado de este siglo XXI no como algo externo a nosotras, como algo de lo que sólo son responsables unos empresarios malignos o unos gobiernos perversos. Lessenich apunta –y acierta- a la sociedad beneficiaria de un modelo “moderno y globalizado que no conoce límites inmanentes”.
Y he aquí su tesis: “El capitalismo moderno y globalizado opera sobre la base de un acuerdo de externalización planteado igualmente a lo grande (…) la dinámica capitalista, que tanto les gusta elogiar con frecuencia a muchos, tienen su premio y su precio. El premio que unos obtienen es la ‘bonanza’, wealth. Pero el precio que otros tienen que pagar es la ‘precariedad’, illth”. Es decir, que vivimos por encima “de las posibilidades de los otros” y, ante ese panorama insoportable, nos hacemos los locos morales y evitamos vernos como las beneficiarias finales de un modelo perverso y funcional a una minoría de la especie humana.
Lessenich recorre esas externalizaciones: el hecho de que los costes del llamado ‘desarrollo’ siempre se saque al ‘afuera’. Importamos materias primas y exportamos basura, consumimos barato a costa del trabajo esclavo en buena parte de la orbe, vivimos la era de la globalización a lomos del pasaporte de los países del Norte Global pero cerramos a cal y canto las fronteras a todo aquel que haya nacido en el Sur Global.
No cree el autor que desde aquí, desde el Norte Global, surja la solución a este brutal sistema de desequilibrios. La lógica del “diseño o desastre” que opera en nuestras sociedades (el decrecimiento como diseño o el colapso energético como desastre) no parece una posibilidad. Más bien, apuesta por los otros mundos posibles que se están proponiendo-construyendo desde el Sur Global y, mientras, considera que debemos trabajar en “hacer visible lo invisible [este estado de desigualdad]”, “la politización” para lograr cambios reales y, ante todo, superar lo “supraindividual”. Hay que “dejar bien claras colectivamente una serie de amargas verdades: que nuestro estilo de vida típico del capitalismo del bienestar no es universalizable, que se basa en las insoportables condiciones de vida en otras partes y que solo se puede mantener sobre esa base; que el cambio a una política de oportunidades vitales iguales a escala mundial modificará enormemente nuestra vida social…”. Por otra parte, hace falta “un autoempoderamiento colectivo, una acción común en el sentido de generar tales oportunidades vitales iguales a partir de la formación de una alianza supralocal y transnacional entre los muchos miles de iniciativas y organizaciones, redes y movimientos que hoy luchan ya, tanto en el sur como en el norte global, por un mundo donde todas las personas puedan llevar un estilo de vida con igualdad de derechos”.
Este ensayo, que recupera el estilo directo, no académico pero tremendamente sustentado, supone una mirada inteligente y agitadora, una necesaria llamada de atención, y una especie de espejo sincero que nos devuelve una imagen que, probablemente, no nos guste aceptar.