- Decretamos la muerte del votante irreflexivo y del autodenominado contrato social. De hoy en adelante, no hay mentira que nos comprometa ni legajo que nos asuste.
- Decretamos el nacimiento de una nueva especie política: la de la singularidad mutante que sólo existe cuando se relaciona con otras singularidades y que hace política cuando camina, cuando duerme, cuando bosteza o cuando se manifiesta.
- La igualdad ha dejado espacio a la equivalencia. Somos diversas y diferentes pero ninguna vale más que otra.
- El pensamiento crítico pasa a ocupar el espacio de las leyes y los juzgados serán sustituidos por clubes de lectura en los que la vida discurra por renglones torcidos y páginas blancas en las que soñarnos otras.
- En la República del Pensamiento Crítico todas somos negras, o amarillas o rojas, porque donde no hay razas se puede ser lo que se desee; también podemos elegir el género, la sintonía de la radio o el final de los tiempos.
- Decretamos el final de las aulas y de los horarios y fomentamos la ocupación de parques y tranvías en los que la poesía conviva con la química, y los que la gramática sea sustituida por la parsimoniosa tarea de escribir en idiomas desconocidos hasta el momento de ser escritos.
- Establecemos las Asambleas Republicanas del Pensamiento en las que lo único prohibido será tener objetivos y la productividad será vista como una enfermedad a superar con la ayuda de los miembros más ociosos de la comunidad.
- Durante la Lectocracia, la primera persona del plural será parte de la revuelta y no habrá tercera persona del plural porque formará parte de la primera.
- En la República del Pensamiento Crítico se ofrecerán terapias de desintoxicación gratuitas para banqueros y empresarios y se harán talleres de memoria intensiva para sindicalistas. Protestar tendrá incentivos fiscales.
- La Lectocracia no es representativa porque nadie puede delegar lo que es ni sus sueños. Democracia y participación serán sinónimos; política y poética serán pleonasmo; cuidados y sociedad serán redundancia necesaria.
Se acabó el tiempo de la mafiocracia. Nosotras leemos, nosotras pensamos. Hasta la proclamación de la República del Pensamiento Crítico os deseamos rebeldía, insumisión, poliética y lectocracia. Suerte y al voto.