Hemos aprendido mucho, muchísimo este fin de semana. Por ejemplo, que se pueden construir relaciones horizontales entre editoriales desde el amor y el apoyo mutuo y que eso es como una onda expansiva que dota de sentido todo lo que toca. Nos hemos dado cuenta de que los pequeños proyectos editoriales miran a las librerías con miedo a veces, pero también con esperanza, ternura y anhelo. Hemos aprendido que la disidencia puede ser garantía de resistencia porque aporta visiones externas críticas con un sistema creado para beneficiar a las grandes (librerías, editoriales, distribuidoras). Certificamos que los premios compartidos y los reconocimientos de doble dirección son las señales que refuerzan nuestra posición de que es posible cambiar imaginarios (tal vez el mundo) desde las pequeñas grietas que vayamos haciendo.
El domingo 25 de febrero nos daban oficialmente el I Premio Librería Disidente, galardón compartido con la hermana Libre de Barrio (Leganés) y la recién conocida por nosotras Primera Página (Urueña). Nos lo entregaba Barrio de Libros, asociación conformada tras muchos cafés, conversaciones, y la certeza de que sólo organizándose sería posible resolver el día a día de una pequeña editorial y los grandes problemas de un sector del libro mediado por el marketing y el consumo sin medida. Os invitamos a leer su manifiesto porque no tiene desperdicio.
Tienen muy claro que no están solas, que su propuesta se construye desde el amor por otro mundo del libro posible y el acto de este fin de semana fue “un triunfo” ante “la picadora de carne que es el sistema neoliberal” en palabras de Hugo de Orciny Press. Y a nosotras también nos da aliento saber que no estamos TAN solas, aunque a veces nos cueste verlo.
Hace unos meses echamos a andar un proceso llamado “Letras indómitas”. La intención era destacar una editorial (de las que amamos y dan sentido al concepto libro crítico) al mes, mostrar sus textos, hacer presentaciones, hablar con ellas. Darles un protagonismo entre el mar de libros que es una librería. Fue un fracaso de público, pero es difícil medir el alcance de lo ganado gracias a estos momentos de cuidado con La Imprenta, Episkaia, ContraEscritura y Descontrol. A nosotras nos permitió poner caras, tejer redes y centrarnos en un proyecto con sentido y no en un solo título. “Letras indómitas” mutará en el formato, pero no morirá porque es lo que queremos que defina nuestra relación con las editoriales críticas.
Y por eso estamos aquí, por eso os estamos hablando de las tripas y desde las tripas. Porque seguramente la mayoría de las personas que estáis leyendo este post sois “solamente” lectoras y nos parece tremendamente importante que conozcáis lo que hay detrás, las fórmulas que encontramos desde la disidencia y la periferia del sistema para cuidarnos, apoyarnos y mirarnos a los ojos. Porque eso te garantizará a ti lectora, lector, la heterogeneidad de textos que mereces, el acceso a lo que parece imposible de publicar y la supervivencia de una parte del sector basada en otros valores.
¡Y QUE NOS HAN DADO UN PREMIO, CARAJO!