Entre los estereotipos a eliminar se encuentra el de que la filosofía no es para todos los públicos. Falso, porque cualquier persona puede escuchar y entender que para hacer justicia hay que recordar; que la culpa ahoga a responsables políticos pero también hay una culpa moral que nos afecta a todas; que nuestro futuro depende de cómo gestionamos esa culpa y que el deber de memoria está por estrenar en esta Europa nuestra (y solo nuestra).
Manuel Reyes Mate ha visitado La Vorágine y su discurso crítico nos ha ayudado a armarnos de razones para plantar cara al que considera el gran tema político de nuestro tiempo: la llegada de personas refugiadas a las costas que matan, a los muros que bloquean. Hace no tanto España recibió más de veinte mil refugiadxs que huían de la guerra en lo que fue Yugoslavia. El país no se colapsó, no hubo dramas.
En Europa hay ahora lugares en los que se retiene a gente y en los que se suspenden sus derechos en nombre de un bien mayor. ¿Nos suena? Una Europa del presente que bebe cada vez más de las fuentes del pasado.
Reyes Mate nos recuerda (todo es memoria) que al final, al final de la larga historia de totalitarismos en Europa, “no hemos aprendido nada“. “La respuesta de Europa ante la crisis de los refugiados vuelve a ser el campo de concentración”. No hemos aprendido de Auswitch y la tentación totalitaria persiste.