Fisterra no es un poemario. Es un ajuste de cuentas poético, es memoria entrelazada con presente, es por-venir castrado y lenguaje sin trucos, un hermoso golpe a la quijada de la amnesia colectiva.
David Argüelles construye un solo poema, tan infinito como necesario; un ritmo trepidante; una escritura mordaz y brillante, un espacio donde vivos y muertos, donde las vencidas, las ejecutadas, las invisibles por fin tienen voz y aliento, nombre e historia, pasado y presente.
Fisterra no deja de ser una posibilidad de verbalizar lo que lleva décadas atrancado, de permitir que nuestros muertos y muertas hablen a través de uno de los pocos refugios de la verdad: la poesía.
En este poema sin pausa es la voz de los nadie, de los perdedores, la que resuena. Una voz con la que necesitamos reconciliarnos y que, sin embargo, rara vez se deja oír. Argüelles la invoca y la agita, la mezcla con nuestro propio gruñido para componer una nueva fonética de la justicia.
“El mundo sería un lugar dulce
si se pudiesen hacer caramelos con la desdicha”
Sobre el autor
David Argüelles (Valladolid, 1969) es profesor de primaria en un colegio público de Valladolid. Creció de la mano de Oscar Wilde, Chaplin y Lennon. Tal vez porque lápiz y papel era lo que tenía más a mano, fue a lo que se dedicó con mayor empeño y en lo que aún sigue.
Su primer libro Guijarros se publicó en el año 2012 en la editorial Pol-len. Ese mundo rural de los relatos del libro le sirvió para escribir el guion de Viento un cortometraje que finalmente dirigió en el año 2016 con la productora ENBUENSITIO. En el año 2020 publicó el libro Criatura con la editorial El Gallo de Oro.
Ha sido seleccionador de la sección oficial del FICA (Festival Internacional de Cortometrajes de Aguilar de Campoo) durante los años 2007- 2015 y actualmente desempeña esa función en la sección iberoamericana de cortometrajes del HIFF (Huesca film festival)