Con un poco de atraso, pero compartimos con vosotrxs algunas de las reflexiones de Beatriz García, del Observatorio Metropolitano de Madrid y de Madrilona.org, en el encuentro sobre Los Comunes que vivimos en La Vorágine dentro del ciclo de Las Otras Economías.
Buena parte del encuentro lo podéis seguir en el vídeo que adjuntamos para no perderos detalle, pero queremos destacar algunos puntos de una presentación que partió de La Carta de los Comunes, un libro del Observatorio que trata de ‘imaginar’ una constitución, al estilo de fueros y cartas pueblas, para garantizar el acceso universal, la gestión democrática, la sostenibilidad y la inalienabilidad de los bienes y servicios comunes, aquellos imprescindibles para la vida.
Beatriz insistió en la necesidad de esa Imaginación si queremos transitar de la protesta a la construcción de alternativas en un “nuevo sistema posible que pasa, necesariamente por sumar”. Reconoció que es difícil superar la sociedad disciplinar, plantear alternativas viables a cada aspecto necesario para organizar una sociedad. Precisamente por eso, Beatriz apeló a la imaginación, a la poderosa capacidad de diseñar futuros imaginarios para comenzar a construirlos en la realidad. Pero también se mostró convencida de que estamos en un momento histórico, de crisis del régimen, y que hay que trabajar para construir alternativas. En ese sentido, cree que la toma del Estado para hacer que lo público sea gestionado de forma colectiva para defender los bienes comunes y la germinación de una asamblea constituyente son compatibles.
La Carta de Los Comunes, el libro al que se refirió en todo momento, está compuesto por tres partes: la primera expone un cuento de un pasado anterior a La Carta, curiosamente parecido al momento actual, un relato en el que hombres encorvados por el miedo a la crisis son capaces de erguirse y descubrir que la riqueza no ha desaparecido, sino que está concentrada en unos pocos. Esos hombre y mujeres, tomarán en sus manos la gestión de la vida y escribirán las nuevas normas recogidas en la segunda parte: La Carta de los Comunales. La segunda es la constitución que desarrolla la puesta en práctica de esta gestión comunal adaptada a nuestro tiempo: normas para velar por la sostenibilidad de los bienes naturales; para asegurar que la ciudad y lo que ésta produce sea de todos; para que el trabajo de cuidado sea repartido y la salud, un valor no mercantilizable; para evitar la segregación en la escuela y garantizar que el conocimiento y sus aplicaciones pertenezcan a la sociedad entera. Recoge también los principios de los comunes antiguos: toda la comunidad debe participar y trabajar por la buena gestión y sostenibilidad de los recursos, ya que solo así todos podrán beneficiarse de sus frutos.
En la tercera parte, el colectivo de investigación Observatorio Metropolitano de Madrid analiza estos comunes antiguos y los servicios públicos del siglo XX como elementos centrales para la reproducción de las personas. Al igual que el cercamiento de campos convirtió en proletarios a los campesinos, la privatización de los servicios públicos nos devuelve a una enorme situación de precariedad, nos hace más vulnerables al mercado y dependientes del salario.
Todo vuestro.
