FOTOGRAFÍA // LA FÁBRICA DE LIBROS // 30 €
Paraísos Cercanos, Cantábrico
David Ponce
David Ponce deja a un lado la fotografía comercial, a la que se dedica profesionalmente, para abordar un proyecto artístico más personal, que le ha llevado a recorrer la costa Cantábrica de Este a Oeste desde hace un par de años, para fotografiar sus playas y acantilados.
“Después de haber viajado por multitud de países, disfrutando de sus entornos naturales y costeros, no puedo evitar emocionarme cada vez que contemplo la fuerza y la energía que atesora el Mar Cantábrico”.
De ahí estos PARAÍSOS CERCANOS, el centenar de fotografías que conforman la colección que presenta, dedicada a los lugares más hermosos de la costa Cantábrica como reflejo de las sensaciones y emociones que suscitan, atemporales, pausadas. En todos sus trabajos se refleja una gran atracción por el movimiento, desde la intención de captar allí la esencia vital de los organismos, pudiendo así considerarse también la presencia, poderosa y brutal, de ese océano y el litoral que viene modelando, de esos paisajes siempre por descubrir.
Cada fotografía es el resultado de una espera, de una contemplación atemporal, del estudio de las mareas, del oleaje, de las condiciones meteorológicas, de la búsqueda del encuadre justo, del momento más apropiado, de su luz definitoria, del lugar preciso, único. De capturar entonces esa imagen única. En blanco y negro, lejos de cualquier referencia comercial, centrada en la búsqueda de lo esencial. El predominio de los blancos para resaltar los elementos que más interesan, los volúmenes y las texturas de las rocas. Elementos esenciales que nos hablan y nos dan pistas sobre las formaciones geológicas, sobre el movimiento que se produce a pesar de su quietud. El movimiento que les transfieren la luz, el agua y su propia consistencia rocosa. Las playas se transforman, la arena aparece, desaparece, se desliza, los acantilados se quiebran, se hunden, las piedras se desplazan… y sólo eliminando el color se puede atisbar esa esencia, el origen de su creación, su existencia presente como organismo vivo. Porque a pesar de que en una primera impresión este paisaje pudiera parecernos tranquilo, observándolo más atentamente podemos percibir su profundo movimiento, sutil, inquietante. Playas que traslucen vida porque traslucen movimiento.