La Asociación Cultural La Vorágine Crítica ha decidido no asistir a la III edición de la Feria del Libro Independiente de Cantabria (FLIC) y ante las preguntas de muchas de las personas de nuestra comunidad nos parece honesto contaros las razones de esta ausencia, que ya se las hemos compartido a la organización del evento y a la Fundación Santander Creativa, financiadora principal.
La Vorágine fue facilitadora e la presencia de decenas de editoriales realmente independientes en las dos primeras ediciones de FLIC. Lo hizo porque le parecía que era un nuevo espacio que tenía muchas posibilidades, porque nos gustaba la política de priorizar editoriales sobre librerías y por la estructura horizontal que provocaba el reglamento de la misma. En la primera edición la experiencia fue muy buen y comentamos de forma constructiva los elementos que a nuestro parecer había que mejorar. La segunda edición nos pareció desastrosa en todos los sentidos, con un clima organizacional enrarecido y cierto maltrato por parte de la organización que no alcanzamos a entender en su momento.
Al terminar FLIC 2013 planteamos tanto a su director como a otros miembros de la Asociación Aletheya, la entidad organizadora, la necesidad de hacer balance y de reflexionar de forma conjunta sobre las cosas a mejorar y los problemas a superar para que la Feria se convirtiera en una cita atractiva, rentable y motivadora. Esta reflexión no ha ocurrido o, al menos, nosotros no hemos sido convocados a participar en ella.
En esta edición, nuestra sorpresa ha sido mayúscula cuando, después de un año de total silencio y muchos rumores, nos llega una invitación a FLIC el 6 de junio, 20 días antes de su inauguración, lo que nos pareció una mala señal para un evento que debería presumir de profesionalidad y seriedad. Este plazo es imposible para hacer las cosas bien, excepto que hubiera otros actores que ya supieran de fechas y normas y se hubieran preparado para la feria. Es evidente también que este plazo también suponía, de algún modo, renunciar a la vocación nacional de la convocatoria.
Otra cosa que nos sorprendió fue que por primera vez, FLIC fuera gratis para los expositores, que de forma declarada son librerías: es decir, ya no son las editoriales las que se presentan al público, sino 6 librerías que llevan a esas editoriales. El cambio, que puede parecer menor, es de profundo calado conceptualmente. Al ser gratis pero funcionar con el anterior reglamento no puede haber criterios objetivos de adjudicación de stands, sino invitaciones a dedo.
El resultado está ahí. Una feria clandestina, si no fuera por el fuerte apoyo de algunos de los grandes medios de la ciudad, con una programación pobre y una oferta que no responde a su espíritu inicial.
Demasiado ruido para una feria que prometía mucho, que tiene el presupuesto base garantizado y que sólo requiere de una organización profesional, de imaginación a la hora de programar y de una buena comunicación a la ciudad. Por estas razones, a pesar de lo tentador de la gratuidad, no asistimos, porque, como ya sabéis el proyecto de La Vorágine no se mueve por criterios comerciales y da especial importancia a la coherencia ética en la toma de decisiones.
Esperamos que le vaya bien a FLIC y que eso permita que la feria continúe, pero de otras formas. También esperamos que se aprenda de los errores y se pueda abrir un diálogo entre editores independientes, organizadores y diversos sectores culturales de una ciudad donde los espacios plurales escasean.