8M | El sistema no es reformable, ¡impugnémoslo!

El maquillaje no aguanta. La sociedad que empuja a las mujeres a negar sus propios cuerpos, sus mentes y sus emociones, es la que dice querer autoreformarse para que, en el fondo, nada cambie mucho. Gatopardismo feminista que edulcora los mensajes para que los hombres, beneficiarios de nacimiento de privilegios vergonzantes, no se sientan ofendidos o para que no parezca que el mensaje alrededor del #8M es demasiado radical.

Hace muchos años leíamos de Raúl Zibechi una frase que sigue resonando en nuestra cartografía de dudas y que aparece cuando llega el performance del 8M en el que casi todo el mundo resulta calificándose de ‘feminista’: “El campo de concentración no es reformable. Sólo se lo puede destruir, hacerlo saltar en pedazos. (…) Agamben nos recuerda que “desde los campos de concentración no hay retorno posible a la política clásica’ (Agamben, 1998: 238). Nos dice que participar en la política estatal, con su liturgia de votaciones, mítines y discursos mediáticos, es tanto como sentarse a negociar con los guardianes del campo alguna medida para atemperar las condiciones del encierro. En el campo [de concentración] la democracia electoral es una falacia. Hoy la democracia es el cortafuegos para aislar a los de abajo de los otros abajos. La democracia electoral es el muro de las prisiones, las alambradas de los campos de concentración, el modo de ilusionar a los confinados con que pueden encontrar aliados en la sociedad respetable, ‘noble’ y blanca, ésa que puede votar a las izquierdas y sentirse representada por ellas”.

Pue eso, el sistema, el campo de concentración -incluido el del patriarcado- no es reformable y lo que requiere es de una demolición en condiciones -es decir, completa- para poder construir nuevas formas de relacionarnos que no partan del privilegio patriarcal, ni del heterosexual, ni del racial blanco, ni del capacitista…. Estos días lo recordaba María Galindo que, alucinada de ser invitada a hablar por un Ministerio de Igualdad, lo dejó clarito: “Considero que la comprensión de los feminismos como la lucha por los derechos es una trampa agotada en la que no hay que caer. No es que a los Derechos Humanos les faltan los derechos de las mujeres para completarse. No es que en clave interseccional a los derechos de las mujeres les faltan los derechos de las mujeres expulsadas del universo blanco heterosexual. (…) El problema no es sumar derechos a los Derechos Humanos para que sean más humanos. Agendar derechos sector por sector y universo por universo en una suerte de relato épico de búsqueda de reparto o ampliación de derechos por parte de los Estados es perder tiempo histórico, energía vital, creatividad política y capacidades que es urgente gastar en otro proyecto y en otro lado”.

Desde La Vorágine invitamos a manifestarse en el 8M pero no como parte de la solución a algo, no como parte del reformismo posibilista que lo único que hace es -muchas veces sin darse cuenta- reparar las grietas de un sistema que sólo puedo mejorar cuando desaparezca. No somos ingenuas, eso no pasará mañana ni será de forma suave -recordaba Zibechi que sólo se logra el final del campo en momentos de violencia-, sabemos que hay que dar algunos pasos intermedios para, al menos, no ceder todos los espacios a los reaccionarios y fascistas, pero no puede ser lo performático de una manifestación nuestro objetivo.

Nos gusta quedarnos con la idea que tenía Hannah Arendt de lo performativo en la vida política, de aquello que “resplandece y es digno de recuerdo”. No todo performance social lo consigue. La segunda vida –bíos politikós–, como explicaba Arendt, que ofrece la polis, el ámbito de la acción libre y las palabras grandes, concede “brillo y esplendor”. El resurgir del 8M produjo eso, la cooptación por parte del estado, de las empresas y de las ongs del 8M —o de la parte menos políticas del mismo— le ha ido quitando ese brillo y ha orillado la lucha en el slogan, en el tuit. Retomemos las calles no para reformar el campo de concentración, sino para impugnarlo.

Share this post


¿DONDE ESTAMOS?

Lunes a viernes de 10 a 13:30 / 17 a 20:30h.

Suscribirse a nuestro boletín semanal

Por email

Por whastapp +34 ‭647 961 848‬


Punto de Lectura fácil

Somos parte de: