Cuatro años y nada es igual. El día que volvió a la tierra Amparo Pérez, el 15 de febrero de 2015, los cimientos de la política en Santander ya quedaron resquebrajados. Hay un antes y un después de la lucha de Amparo para no ser desalojada de forma brutal e injusta de su domicilio. Su resistencia junto a la vaguada de Las Llamas unió a muchos colectivos y personas que entendieron mejor que nunca que el modelo de ‘desarrollo urbanístico’ de Santander no tienen en cuenta a las personas, sino las cuentas de resultados de constructoras, empresarios y partidos políticos.
Amparo logró desenmascarar al entonces alcalde, Íñigo de la Serna, y sirvió para ubicar a cada cual en la lista de la insensibilidad y de la indecencia.
Por eso, cada año, nos sumamos al acto en recuerdo de Amparo, una oportunidad para celebrar su vida, para estimular el espíritu de la ‘plataformitis’ que trae de los nervios a más de un político (¡Ay… el Metrotus!; ¡Ay… la Senda Costera!; ¡Ay… La Marga o Las Escolleras!) y para sabernos gente decente que no puede ni quiere olvidar a aquellas junto a las que ha luchado.
En 2014 y 2015 acompañamos la lucha de Amparo y hoy seguimos manteniendo el compromiso con la idea de una ciudad que no expulsa ni gentrifica, que no se diseña pensando en los turistas ni en los empresarios, que no utiliza lo público para enriquecer a los privados, con una ciudad donde el asfalto no silencie a quienes habitamos la ciudad ni a los vestigios de naturaleza que resisten a las apisonadoras.
No faltéis este sábado 16 de febrero a la marcha en homenaje a Amparo. Sale a las 12h frente a la parroquia de Monte y llega hasta el vial que acabó con la casa y con la vida de Amparo. Quien pueda, que lleve globos, para colgar de ese vial maldito