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Autor: FRANCO; MARIELLE
Editorial: TINTA LIMÓN
Publicado en: 2020
ISBN: 978-987-3687-62-4

La lógica machista nos persigue todo el tiempo y la sentimos con intensidad; principalmente cuando decidimos ocupar un espacio en la institucionalidad política. Y esto se refleja en el cotidiano de nuestra scampañas electorales; sean o no feministas. Imprimir la imagen de nuestro rostro en un afiche es una invitación al asedio; que va desde pedidos de casamiento hasta propuestas de trueque de un voto por un beso. Todo con mucho humor y sonrisas de oreja a oreja; como buena parte de la estética del machismo; que en la mayoría de las veces acaba en violencia; psicológica o física contra la mujer; y alimenta la cultura de la violación.

¿Exagero? Para nada. Necesitamos repetir como un mantra: Brasil ocupa el quinto lugar en la tasa de homicidios de mujeres en la lista de 83 países; de acuerdo con el Mapa de la violencia de 2015. Entre 2003 y 2013; el número de asesinatos aumentó 21%. Eso significa que en diez años pasó de 3937 a 4762 víctimas. Son 13 mujeres muertas diariamente.

Si hiciéramos el recorte de las mujeres negras; los datos son todavía más alarmantes. Hubo un aumento de 54;2%; de 1864 víctimas en 2003; pasó a 2875 en 2013. El feminicidio se concentra en la juventud de 18 a 30 años.

En Río de Janeiro; por ejemplo; el noveno Dosier Mujer 2014; organizado a partir de los registros de las comisarías; demuestran que la violencia sexual genera el mayor número de hechos. En 2013; de las 6501 víctimas; 4871 (82;8%) son mujeres violadas. El estudio revela que la violencia también se da por medio de amenazas y lesión corporal y los probables agresores son compañeros o personas del entorno familiar.

Construir políticas públicas preventivas que puedan actuar sobre un ambiente diferente al penal es uno de los grandes desafíos que tenemos en nuestro trabajo y uno de los objetivos en la acción parlamentaria en un futuro mandato de concejala de Río. Se trata de articular la educación y la cultura como potencia; con nuevas estéticas en que las mujeres sean protagonistas. Este es uno de los pasos fundamentales para debilitar las acciones machistas; y para respetar más a la mujer; sea en las relaciones domésticas; laborales y cotidianas.

Lo que nos alienta en este proceso de construcción política; es identificar la fuerza de la empatía y del afecto. Son decenas de jóvenes mujeres; en las más variadas acciones callejeras; que se ponen a disposición al servicio de esta lucha colectiva. Antes incluso del resultado electoral; ya hay una victoria de la vida política; que florece como rosas que rompen el asfalto.

En este sentido; reafirmamos: nuestra lucha es por la vida de las mujeres. Apostamos que contra la cultura de la violación; del machismo; del sexismo; solo una cultura de derechos. Por eso estár en política es tan urgente. Somos nosotras que tenemos que legislar sobre nuestros cuerpos; deseos y destinos. La lucha política institucional; en casas legislativas tan misóginas y racistas; necesita ser ocupada para representar de hecho todos nuestros anhelos. Para hacer valer la vida; soy candidata porque nosotras somos necesarias. ¡Yo soy porque nosotras somos!