Ayer durante 3 horas nosotras “Sonamos iguales”. Voces de mujeres, violines, guitaras, ukeleles, composiciones al amparo de los sueños, de nudos en la garganta, de amores reales o de justa rabia. Ayer el escenario del Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón soportó una fuerza sin contención (y con la voluntad de no volver a ser contenida nunca más). Las jóvenes que no entienden un mundo de discriminación y las mayores advirtiendo para que estén alerta porque es mucha la historia de desigualdad y no se va arreglar en 20 años.
El concierto final del proyecto Para sonar iguales tenía vocación de colofón a una propuesta que buscaba visibilizar y reivindicar el papel de las mujeres en la música de Santander y Gijón durante los últimos 25 años. Una fiesta de cierre que si cumplió en la forma, con la puesta en escena de 4 proyectos poderosos; Fee Reega, Repion, Pauline en la playa y la Mala Hierba. Pero en el fondo la sensación fue que su música debe seguir sonando. Que el respeto y el reconocimiento entre compañeras hace más que muchas instituciones. Pero que la participación femenina en los festivales sigue siendo del 12% a nivel estatal y el camino no es de baldosas amarillas, sino de piedras afiladas.
Nos quedamos también con lo bueno, con las pieles erizadas, con los corazones abiertos y la sensación de satisfacción al comprobar que es posible transformar el mundo también con el baile. No nos sintamos culpables por disfrutar. Ellas con cada nota hacen camino en nuestras conciencias.
Podéis conocerlas, a ellas y a otras participantes del proyecto llevado a cabo entre La Manzorga, espaciu cultural de Gijón y la Vorágine de Santander en www.femlabcantabrico.org, un espacio flexible en el que se pueden incorporar nuevas artistas.