Por Paco Gómez Nadal*
La concejala de Servicios Sociales, Igualdad, Juventud y Festejos de Torrelavega, Patricia Portilla Vaquero, así como 10 trabajadoras de servicios sociales adscritas a la Gerencia de Servicios Sociales de dicha concejalía (María José Lozano González, Begoña Garín Lizárraga, Almudena Rubín de Celis Blanco, María Ángeles Herrero Blanco, Pilar Ruíz San Emeterio, Elena Barquín Sáiz, José M. Romo Córdoba, Carmen Pérez Rodríguez, Gema Gómez Casanova y Lara Cacenave Quintana), remitieron el pasado 16 de noviembre una carta fechada el 13 y en papel oficial a La Vorágine (Carta dirigida a La Vorágine). El motivo de la misma era mostrar su enfado con las palabras vertidas por un invitado en un evento organizado por La Vorágine pero, desde el punto de vista del colectivo, la misiva traspasa algunas líneas rojas.
Las declaraciones que han molestado al equipo de Servicios Sociales de Torrelavega fueron las del concejal de ACPT Iván Martínez Fernández durante el debate con partidos políticos de las jornadas “¿Para qué sirven los Servicios Sociales?”. Iván Martínez vertió el 7 de noviembre, en dicho debate, acusaciones de arbitrariedad a funcionarios de Servicios Sociales de Torrelavega (tal y como se puede escuchar en el vídeo del debate) y, allí mismo, fue rebatido con vehemencia por varias trabajadoras de lo social presentes.
Ahora, casi 10 días después, la carta, escrita a modo de documento legal, presenta unos “HECHOS Y ALEGACIONES” para sustentar la inconformidad y: “…debido al daño producido en nuestro trabajo, en nuestra imagen profesional, en la Institución a la que pertenecemos y también en la ciudadanía de Torrelavega, SOLICITAMOS que se repare el mismo a través de los medios que se consideren oportunos y en las redes sociales en las que se difundieron las manifestaciones del Sr. Iván Martínez Fernández”.
La Vorágine no entra a calificar las opiniones de una persona que, como cientos en los dos años y medios de vida de esta librería asociativa, ha participado de forma abierta, democrática y sin cortapisas en un debate político. Sin embargo, si debemos responder con contundencia a unos “HECHOS Y ALEGACIONES” que arremeten contra nuestras libertades y superan con creces, desde un equivocado sentimiento gremial, la defensa del honor o de la “imagen” de un colectivo. (Respuesta de La Vorágine)
La carta plantea 3 puntos en el apartado de “HECHOS Y ALEGACIONES”. El primero confunde el derecho a la libertad de expresión, consignado en el artículo 20 de la Constitución, con los derechos y deberes de los profesionales de la información. Tal y como ha respondido La Vorágine a la carta de la Gerencia de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Torrelavega: “El artículo 20 de la Constitución reza literalmente que se reconoce y protege el derecho ‘a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción’. Sin matices. En su carta hacen referencia a alguna sentencia del Tribunal Constitucional sobre la tarea del ‘informador’, no del político, del ciudadano o del trabajador social. Iván Martínez intervino en el debate citado como concejal y representante del grupo político ACPT, no como periodista ni informador. Este punto es de extrema importancia para no generar confusión y no caer en el error legal –pero ante todo moral- de asegurar por escrito que la ‘actuación del Sr. Iván Martínez Fernández’ no está cobijada por el artículo 20 de la Constitución”.
En el segundo punto, anuncian que se reservan el derecho a “adoptar las acciones legales oportunas”, a lo cual animamos a este grupo de trabajadoras y trabajadores de lo social, aunque les anunciamos que sus “HECHOS y ALEGACIONES” son pobre munición para presentarse en un juzgado, y recuerdan al concejal, creemos que con criterio, que cualquier anomalía en el servicio de dicha Gerencia debe ser denunciado a la corporación local.
El tercer punto está dedicado a La Vorágine, a la que acusan de incoherente y de “permitir intervenciones innecesarias que nada tienen que ver con el tema a tratar”. Nos preocupa sobremanera que haya personas, pero en especial Instituciones (ya que la carta viene en papel oficial y firmada por la concejala), consideren que pueden indicar a una asociación privada qué debe o no debe hacer, qué es pertinente o no en un debate o cuál es el tema a tratar en unas jornadas en las que, además de Iván Martínez, intervinieron otros 6 ponentes. Ni una referencia a las maravillosas intervenciones de David Casassas o Laura Gómez, ni una línea sobre los otros grupos políticos. Es decir, la Gerencia de Asuntos Sociales puede decirnos cómo guiar nuestras asociación o qué debe acontecer en el espacio en el que sembramos cultura crítica, pero no han tenido mucho interés en escuchar las intervenciones (mucho más críticas y retadoras que la de Iván Martínez) en las que se cuestionaba el fondo de la estructura de los servicios sociales y del trabajo que allí se realiza.
Es sorprendente que el “personal técnico” que suscribe la carta no la haya dirigido al colectivo que también figuraba como organizador de las jornadas (manifestaos por los Servicios Sociales), lo cual nos hace pensar que las críticas y las denuncias y las rectificaciones son arbitrarias y de carácter gremial. Un representante de ese colectivo hizo una intervención tan dura o más que la denunciada pero imaginamos que no fue tan ofensiva porque no ponía la responsabilidad en las trabajadoras y trabajadores de lo social.
Consideramos, finalmente, que no hay reparación posible cuando no hay daño alguno. Parte del problema de la sociedad que habitamos es su intolerancia crónica a las críticas, el firme convencimiento de cada persona y cada colectivo de tener la razón absoluta, de tener el derecho a criticar pero no a ser cuestionado. Animamos a las y los firmantes de la carta a participar en los debates, sin miedo, cargadas de los argumentos que, estamos seguras, tienen y con el aval de un trabajo que, también estamos seguras, es de alta calidad. Los desanimamos a trasladar los debates a los papeles, a las cartas de apariencia legal y fondo precario, a los sellos institucionales que, a nosotras, no nos atemorizan. No hay reparación, lo que hay es una ataque a la libertad de expresión que, con seguridad, ustedes no querían realizar. Entendemos que se hayan sentido dolidas en lo personal, pero jamás podremos compartir que lo hayan trasladado a una misiva oficial que, lejos de reconocer el esfuerzo que hacemos por generar los espacios de debate que las instituciones nos han hurtado, empuja hacia el desánimo y la desactivación.
Estamos abiertas a cualquier debate público en el marco del sano disenso y del necesario consenso, seguro que el concejal también… ¿se animan?
* Miembro del colectivo La Vorágine